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domingo, 8 de noviembre de 2015

SÍNDROME DEL TÚNEL TARSIANO

¿Qué es?

Todos hemos oído alguna vez hablar del síndrome del túnel carpiano, ese dolor intenso que le sale a mucha gente en la muñeca. Bien, pues vamos a hablar de lo mismo, pero en lugar de la muñeca, en el tobillo, que es mucho menos frecuente.

Para ubicarnos, hay que saber que en el tobillo tenemos una especie de "desfiladero" por dentro, que está recubierto por ligamentos y que pasa por detrás de el maléolo, una estructura ósea. Por este desfiladero transcurre un nervio, que al irritarse, produce dolor y esto es, ni más ni menos, lo que se conoce como el síndrome del túnel tarsiano.


¿Por qué ocurre?

Los motivos que lo desencadenan pueden ser varios, pero el problema principal es que en este desfiladero hay un espacio limitado. Cuando alguna estructura de los alrededores crece o se mueve y provoca que este espacio se reduzca, se comprimirá el nervio y será cuando se produzca la irritación.


Las causas de que esto suceda pueden ser muchas, sin embargo destacamos:

-Traumáticas: por algún golpe, esguince, luxación...

-Estáticas: por tener pies planos o pie valgo

-Inflamatorias: por tener una artritis reumatoide o algo similar.

-Espontáneas: sin motivo aparente, el nervio se irrita.


¿Cuáles son los síntomas?

El dolor comenzará en una parte de la planta del pie y llegará a la cara inferior de los dedos de los pies. 

Si el síndrome avanza sin que lo tratemos, se puede llegar a perder fuerza en la musculatura que nos permite la flexión del tobillo o la que nos permite la separación de los dedos de los pies.


¿Cuál es el tratamiento?

Similar a muchas otras lesiones deportivas. Empezaríamos, si lo cogemos a tiempo, con un tratamiento que consistiría en intentar disminuir el dolor, con hielo y masajes y hacer ejercicios que fortalezcan la zona o estiramientos oportunos para que el desfiladero vuelva a tener espacio en el caso de que el motivo fuera ese.


En caso de que sea necesario modificar la pisada, debemos conocer los ejercicios que mejor nos vienen para eso y si no es suficiente, consultar a un podólogo la posible necesidad de utilizar plantillas.

Esto también puede tratarse con electroterapia, yodo, masajes, ultrasonidos...para fortalecer los músculos y que estos no se atrofien.

Como las causas pueden ser tantas, el reposo dependerá de si influye en la sobrecarga de un músculo...etc.



En caso de que avance, deberá recurrirse a la inyección de corticoides o incluso a una cirugía en la que evidentemente, después se procedería con la rehabilitación oportuna para volver a recuperar toda la función de la articulación.

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