En este blog tratamos normalmente lesiones que tienen que ver con la práctica deportiva. Sin embargo, hoy haremos una excepción para tratar algo que no es exactamente una lesión, pero que puede producirse por la mala práctica de algún deporte o por un golpe recibido en el mismo. Se trata de la escoliosis.
¿Qué es?
La escoliosis es una alteración de la estructura normal de la columna vertebral, en la que se produce una curvatura anómala de forma lateral de la misma. Esto quiere decir que si viéramos la columna vertebral desde atrás, no la veríamos recta (lo que sería normal) si no que habrá curvas de lado a lado. Recordamos que sí existen curvas de forma natural en la columna, pero son de delante atrás, es decir, las veríamos si mirásemos la columna vertebral desde un lado.
Estas curvas pueden dejar la columna en forma de S o de C. Las causas que trataremos más adelante, en general se desconocen.
Esta patología afecta a casi el 3% de la población teniendo más riesgo las mujeres que los hombres.
¿Cuáles son las causas de la escoliosis?
A día de hoy se desconoce el motivo de esta alteración y el tipo de población que la sufre tampoco es que ayude mucho a averiguarlo ya que la escoliosis le puede ocurrir a cualquier persona de cualquier edad que realice cualquier actividad o que no realice ninguna. Sabemos que las mujeres tienden más a sufrirla que los hombres pero tampoco es un dato demasiado importante.
A pesar de esto, es cierto que hay determinadas edades en las que hay una mayoría de casos de escoliosis. Normalmente la escoliosis suele ser de origen desconocido, lo que se conoce comoescoliosis idiopática. Esta tiende a aparecer en niños entre los 10 y 12 años, o adolescentes, es decir, cuando se está creciendo.
Sin embargo, puede deberse también a un golpe o traumatismo intenso o a una mala posturacontinuada durante la realización de alguna actividad concreta que comprometa la estabilidad de la columna.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento dependerá de la curvatura de la columna, de la edad del paciente y de si está creciendo o no. En caso de que sea una curvatura leve, con realizar controles periódicos de la misma y estudiar su evolución es suficiente.
Si la curva es mayor y el niño aún está creciendo, podría plantearse la opción de utilizar corsé ortopédico para corregirla desde el exterior.
Por último, si la curvatura es severa y trae consigo complicaciones que afecten a la vida diaria del paciente, habrá que considerar una intervención quirúrgica en la que se fusionarán una o más vértebras o se pondrá un implante que quedará permanentemente en el cuerpo del paciente.
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