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sábado, 31 de octubre de 2015
TERAPIA MIOFASCIAL
¿Qué son las fascias?
Son vainas del tejido conjuntivo que envuelven todas las estructuras de nuestro organismo. Por lo tanto, tienen gran importancia, ya que forman parte de todas y cada una de las estructuras.
Las fascias tienen una función protectora al actuar básicamente como una pared frente a las estructuras de nuestro cuerpo que necesitan protección, tienen también una función nutritiva y una función de soporte, porque es como si las fascias estuviesen aguantando y manteniendo en su lugar a todas estas estructuras corporales.
Para comprender mejor lo que son las fascias pensemos en una naranja. Si la abrimos y nos fijamos, existe como una piel blanca que envuelve toda la naranja y que a su vez la separa en gajos. Esa piel blanca serían las fascias de las que estamos hablando aquí.
¿Qué supone la terapia miofascial?
Con la terapia miofascial se consigue una disminución del dolor muy efectiva, aumentar el equilibrio del sistema muscular y esquelético y también reforzar las articulaciones. Esto se explica porque las articulaciones y el sistema músculoesquelético, como casi todo nuestro organismo, está rodeado y protegido por las fascias, entonces si actuamos sobre ellas estamos actuando al mismo tiempo sobre el resto del organismo.
¿Qué papel tiene el fisioterapeuta?
Lo que realiza el fisioterapeuta para llevar a cabo la liberación miofascial es buscar el área donde hay dolor y palpar, entonces mediante movimientos consigue que la fascia se relaje completamente. Es importante que el paciente esté respirando de forma lenta y relajada.
Las sesiones de este tipo deben ser largas, ya que para llevar a cabo la correcta liberación de las fascias hace falta hacerlo de forma lenta y con paciencia. ¡Todas las prisas son malas!
También se pueden llevar a cabo estiramientos miofasciales, que pueden tener un objetivo de curación (terapéuticos), de prevención o simplemente aumentar la flexibilidad de los músculos. Es una técnica pasiva y podemos realizarla de forma que afecte a un sólo músculo o, por el contrario, de forma que afecte a un grupo de ellos. Con los estiramientos miofasciales podemos mejorar la circulación y también el tono muscular.
Tenemos técnicas para realizar los estiramientos miofasciales, como son por ejemplo la facilitarción neuromuscular propioceptiva y la reeducación postural global.
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