Se trata de un dolor fuerte que afecta a huesos o músculos de la zona lumbar, en la espalda.
Afecta a la mayor parte de la población, por lo que es importante descartar problemas graves que tienen el lumbago como síntoma, como pueden ser dolores referidos procedentes de órganos internos, problemas de neurología, fracturas...
Si eres deportista, es posible que hayas sufrido esta dolencia debido a espasmos musculares reflejos, que aparecen debido a reacciones del cuerpo antálgicas, totalmente naturales.
¿Cuándo aparece?
Su aparición es brusca y suele estar relacionada con los esfuerzos. Concretamente, suele aparecer al levantar pesos.
El resultado es un bloqueo de la columna vertebral.
Síntomas
Como decíamos en la definición, el más característico es el dolor lumbar.
Puede suponer una limitación a la hora de realizar movimientos o no, a la vez que puede ser muy definido en un punto concreto o muy general.
Es muy común la aparición natural de posturas antárticas para evitar el dolor.
Lumbalgia crónica
Existe un tipo de lumbalgia que posee dolor permanente, pero más difuso. Abarca la misma zona lumbar pero un poco más abajo.
El dolor suele llegar hasta el gluten y piernas, en ocasiones.
Quien padece este problema sentirá un gran alivio en reposo, pero si coge pesos, se fatiga o realiza cualquier tipo de esfuerzo notará como el dolor va a en aumento.
Tratamiento
Aplicando calor en la zona, el paciente con lumbalgia aguda debe guardar reposo en cama, en una postura cómoda para él.
A medida que va calmando el dolor, se comenzará a levantar y a ponerse de pie. En este punto comienzan los masajes anti contracturas, la aplicación de corrientes analgésicas y la electroacupuntura.
En este punto el dolor habrá disminuido mucho. Aquí se hace hincapié en hacer más fuerte la musculatura de la zona. Es muy recomendable hacer Pilates.
Prevención
A la hora de hacer esfuerzos, siempre hay que estabilizar la zona lumbar, contrayendo el suelo pélvico y el abdomen (poner la barriga dura). De esta forma los músculos que se contraen nos ayudan a proteger la columna.
Por supuesto, evitamos malas posturas, tal y como informábamos en este post.
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