Este tipo de fractura es muy común en fútbol.
¿Cuáles son sus síntomas?
- Dolor en la zona.
- Imposibilidad de apoyar la pierna.
- Deformidad de la zona.
Si la fractura de la tibia no es completa (es decir, una fractura parcial) hay síntomas que no se pueden apreciar a simple vista, como por ejemplo la deformidad de la zona.
Como cualquier otra fractura, se puede diagnosticar fácil y rápidamente mediante una radiografía de la zona.
Objetivos del tratamiento
- Asegurar una solidificación adecuada.
- Evitar que se infecte (si es una fractura abierta)
- Curar la fractura en el menor tiempo posible.
¿De qué se trata el tratamiento?
En primer lugar, si existe un desplazamiento del hueso debido a la fractura, lo que hay que hacer es volver a posicionar el hueso en su lugar para que se consolide correctamente.
A continuación se procederá a inmovilizar la zona con una férula.
Si la fractura es muy grave y no es suficiente inmovilizar habrá que recurrir a la cirugía para fijar las dos partes del hueso con algún material como tornillos.
Si la fractura es abierta es indispensable que antes de hacer nada lavemos bien la herida con jabón quirúrgico para eliminar cualquier resto de material extraño o de microorganismos. A continuación se pondrá la vacuna antitetánica por precaución y se administrará un antibiótico.
La fractura estará consolidada en general en el plazo de unas cuantas semanas, como cualquier otra fractura normal. El tiempo de consolidación de la tibia variará según la gravedad de la que haya sido la fractura.
El tratamiento fisioterapéutico que se dará en estos casos es muy similar al de cualquier otra fractura de este tipo, como por ejemplo al de la fractura del húmero de la que hemos hablado anteriormente.
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