¿Qué debemos hacer?
Cuando sufrimos una lesión, debemos tener paciencia y reposar el tiempo que haga falta hasta que el dolor haya desaparecido y estemos recuperados del todo para poder volver a entrenar.
Una vez que ha pasado este tiempo y queremos retomar la práctica de ejercicio es muy recomendable seguir unas pautas para evitar la reaparición de la lesión o la aparición de otras similares que nos impidan realizar esa actividad física por otro período de tiempo o incluso de forma permanente.
Tenemos que tener en cuenta que a lo mejor la lesión de la que nos acabamos de recuperar apareció porque realizábamos el ejercicio de forma incorrecta o bien no es el adecuado para nosotros. Si esto es así, debemos corregir la forma en la que lo llevamos a cabo para evitar una posible lesión debida a esto.
Necesitamos un período de adaptamiento para poder entrenar como lo hacíamos antes. Este tiempo variará dependiendo de cuanto tiempo estuvimos sin hacer ejercicio. Es decir, si la lesión nos impidió entrenar durante 3 días el período de adaptación será mucho menor que si estuvimos 1 mes entero en reposo. Durante este período de adaptación pondremos a prueba la zona lesionada pero con precaución. Es decir, realizaremos ejercicios suaves y si no sufrimos dolor en la zona iremos incrementando el ritmo poco a poco. Es importante no apresurarnos en este paso ya que podríamos volver a lesionarnos.
El calentamiento y los estiramientos son unos puntos especialmente importantes cuando después de un tiempo parados volvemos al ejercicio, y más si hemos sufrido una lesión recientemente. Por eso es importante realizar una buena sesión de ambos antes y después del ejercicio.
También son recomendables los masajes deportivos, de los que hablamos anteriormente aquí. Después de la realización de la actividad nos ayudará a relajar la zona y además así evitaremos la reaparición de la lesión.
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