Concretamente en la rodilla era frecuente que sucediera la conocida "triada" en la que el ligamento lateral, el menisco y el ligamento cruzado anterior resultan dañados.
Pues bien, en el artículo de hoy trataremos la rotura o daño del menisco, lesión que también puede ocurrir de forma independiente a las otras dos y que es frecuente en deportistas que tienden a forzar mucho esta articulación como tenistas, corredores de fondo, de velocidad, saltadores, jugadores de baloncesto, fútbol...
¿Qué son los meniscos?
En todas las articulaciones, hay una serie de estructuras destinadas a la protección de la misma además de las superficies de los huesos que la forman. Esto es porque hay mucho movimiento y tracción en estas zonas y los huesos podrían llegar a desgastarse y astillarse si no hubiera estos complementos.
Esta es la función de los meniscos en la rodilla. Son unas estructuras fibrocartilaginosas en forma de media luna que se disponen entre dos de las superficies óseas que forman la articulación de la rodilla (la de la tibia y el fémur).
Lo que hacen estos cartílagos es amortiguar la carga que hay entre estos dos huesos con el movimiento, es decir, es una especie de almohadilla.
¿Por qué se rompen?
Tienden a desgastarse por utilizar en exceso la articulación de la rodilla, como mencionábamos anteriormente. Pero también puede estar causado por un golpe o por una repetida mala postura durante algún ejercicio en concreto.
Cuando el menisco se desgasta o llega a romperse, el efecto amortiguador evidentemente se ve limitado o anulado y más estructuras de la rodilla resultarán dañadas. Además, puede surgir la complicación de que en el caso de rotura de menisco, algún trozo del mismo se separe del resto y afecte de forma directa a otros tejidos.
Los principales síntomas de esta lesión son: un dolor intenso al caminar o al cargar la rodilla, incapacidad para estirarla del todo, un edema muy grande porque se librera líquido de la articulación para proteger la zona que tendrá como consecuencia dificultad en el movimiento. Además, si se trata de rotura por golpe o similares, se oirá en el momento de la lesión un ruido seco muy característico.
¿Cuál es el tratamiento?
En caso de que la rotura o el desgaste sea leve y la persona que lo sufre no tiene intención de hacer deporte ni nada que pueda empeorar la situación, con realizar reposo, aplicar hielo y controlar bien la inflamación y el dolor es suficiente.
Sin embargo, si la persona quiere continuar con la práctica frecuente de deporte, es conveniente que se plantee una intervención quirúrgica que consiste en arreglar con sutura el menisco o quitarlo. Esta segunda posibilidad supondría un mayor desgaste de la articulación a partir de entonces.
La rehabilitación consistiría en ir fortaleciendo la musculatura de los músculos progresivamente y bajo indicaciones del médico y tratar con corrientes, masajes drenantes y circulatorios hasta que se recupere del todo la función de la rodilla.
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