Una distensión muscular, más conocida como "tirón muscular", se produce cuando un músculo realiza un estiramiento excesivo.
Puede darse por varias causas, como por ejemplo calentar de manera incorrecta, realizar un movimiento muy brusco o ejercicio físico excesivo o incluso poseer un escaso nivel de flexibilidad.
Los deportes en los que suelen aparecer este tipo de lesiones son en los cuales se tienen que realizar movimientos explosivos, por ejemplo el atletismo o el fútbol. Por ejemplo, esto puede ocurrir cuando un atleta realiza un cambio en el ritmo muy notable y brusco durante una carrera.
Las distensiones musculares pueden darse en diferentes grados debido a su gravedad, y por tanto los síntomas serán diferentes según estos grados.
Así los síntomas podrán ser hinchazón en la zona lesionada, hematoma (si la distensión muscular llega a afectar también a los vasos sanguíneos), dificultad para mover el músculo lesionado y dolor.
Tratamiento de las distensiones musculares
Debido a que uno de los síntomas generales de una distensión muscular es la hinchazón, lo primero que debemos hacer es aplicar frío en la zona para que esta hinchazón disminuya lo máximo posible. El hielo debemos aplicarlo con algo que lo envuelva para proteger la piel, ya que podría llegar a quemarse si lo aplicamos directamente. La aplicación de hielo podemos realizarla durante los días siguientes también porque ayuda a disminuir el dolor.
Después de unos días también es conveniente aplicar calor para provocar que aumente el metabolismo de la zona y así conseguir una recuperación más rápida.
Evitar distensiones musculares
- Preparar los músculos correctamente para la realización de la actividad calentando de manera correcta. También es importante realizar un buen estiramiento después del ejercicio.
- Realizar deporte frecuentemente.
- Realizar ejercicios para mantener o aumentar la fuerza y la flexibilidad de los músculos.
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