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viernes, 23 de octubre de 2015

PIES PLANOS

Todos hemos oído hablar alguna vez de los pies planos. Aunque no es una lesión deportiva, consideramos que en muchas ocasiones influye en la práctica de ejercicios y puede traernos complicaciones que sí deriven en una lesión real, por lo que vamos a hablar un poco de esta anomalía.

En la forma de un pie normal, encontramos una curva en la parte interna o medial que forma una especie de bóveda. Esto está pensado para que el organismo distribuya su peso en la parte posterior del pie (talón) y en toda la parte lateral hasta los metatarsianos. 


Hay personas en las que encontramos que esta bóveda no existe o se encuentra disminuida y es cuando hablamos de que tiene los pies planos. Aquí, el peso del cuerpo se cargará también en la parte interna del pie, lo que de seguro traerá molestias y dolores.


¿Por qué aparece un pie plano en un adulto?

En los niños, los pies planos suelen venir de nacimiento o por aprender a caminar de forma incorrecta. Los pies planos en adultos, sin embargo, pueden aparecer por diversos motivos como son la flacidez de los músculos, contracturas, artrosis, luxaciones o algún hueso deforme.

Lo más común es que se trate de la flacidez de la zona. En este caso, los músculos tienen poco tono muscular y los ligamentos pueden tener hiperlaxitud, lo que hará que el arco posterior del pie, es decir, el que vemos mirando el talón, se encuentra hacia dentro. Esto se conoce como pie valgo y cuando ocurre, la bóveda medial desaparece dando lugar a pie plano.

El tratamiento lo determinará un podólogo. Conviene conocer su opinión ya que puede realizar un estudio de la pisada y saber qué plantillas o zapatos ortopédicos vendrán mejor a cada persona.

En lo que a fisioterapia se refiere, sería conveniente hacer ejercicios de fortalecimiento de los músculos para aumentar el tono y enderezar el arco posterior. Además, debemos modificar la pisada y esto debe ejercitarse a diario. Podemos dar algún masaje para evitar calambres por el sobreesfuerzo de la zona, al que no está acostumbrado.


En caso de que el motivo sea una contractura derivada de un traumatismo, debemos realizar masajes que relajen los músculos y ejercicios de rehabilitación para los mismos. Se trata, pues, como una contractura muscular normal.

Por último, si se debe a artrosis o a una deformidad ósea debemos dejarlo en manos de un podólogo e incluso de un traumatólogo para corregirlo.




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